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No fumar, la mayor medida preventiva contra el cáncer

El consumo de tabaco es un grave problema de salud pública, debido a su relación con enfermedades cardiovasculares y con distintos tipos de cáncer (cavidad oral, faringe, laringe, pulmón, esófago, estómago, cuello de útero, veijga, intestino, riñón, páncreas y próstata, además de leucemia mieloide aguda). Algunos datos indican que el tabaco también puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama.

Se estima que el efecto carcinógeno del tabaco se asocia al 16%-40% de los casos de cáncer en general. De ahí que el hecho de no fumar se considere en la actualidad como la mayor medida preventiva contra el cáncer. La aprobación de la ley 28/2005 constituyó un avance importante en el campo del tratamiento del tabaquismo, mediante una serie de medidas reguladoras de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

Sin embargo, según datos del Ministerio de Sanidad, existe un porcentaje alarmante de jóvenes con hábito tabáquico en la actualidad: un 33,2% de las chicas de entre 14 y 18 años y un 29,6% de los chicos en este mismo rango de edad fuma. Esto repercute en un rejuvenecimiento en la edad media de incidencia de tumores relacionados con el tabaco (que habitualmente se producen en franjas de edad de entre los 60 y 70 años), y durante los próximos años podría descender más debido a la incorporación temprana de los jóvenes al hábito tabáquico. Entre las mujeres españolas, el cáncer de pulmón es en la actualidad la cuarta neoplasia más frecuente después del cáncer de mama, intestino y útero, y su mortalidad aumenta un 6% anual debido a la incorporación de la mujer al hábito tabáquico. En Europa, la mortalidad por cáncer de pulmón entre las mujeres es ya equiparable a la mortalidad por cáncer de mama. Sin embargo, todavía existe la percepción entre la población general de que es un tumor género-dependiente y ligado al sexo masculino.

Por lo tanto, existen muchos motivos para seguir celebrando este Día Mundial Sin Tabaco. Hoy siguen siendo más que necesarias las campañas de concienciación de los daños provocados por el tabaco, para evitar un lastre en la sociedad en los próximos 20-30 años.

Ante un paciente con voluntad y predisposición para abandonar este hábito nocivo, actualmente existen distintas medidas de ayuda promovidas por los profesionales de salud, y que multiplican las posibilidades de conseguir dejar de fumar. El abandono del consumo del tabaco beneficia desde el primer día, y aunque hacen falta varios años para que el riesgo de un exfumador se equipare al de un no fumador, las posibilidades de desarrollar, por ejemplo, un cáncer de pulmón, disminuyen notablemente.

Por otro lado, el cáncer de pulmón en no fumadores tiene unas características especiales desde el punto de vista genético y molecular, que hoy en día pueden ser analizadas y detectadas en el momento del diagnóstico, y que permiten el uso de terapias dirigidas, personalizadas, y más eficaces que en la población fumadora.

Dra. Irene Moya, IOR, Hospital Universitario General de Catalunya, Sant Cugat dels Vàlles

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