Hoy, 4 de febrero, se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer, fecha establecida para concienciar a la sociedad y avanzar en la prevención y tratamiento de una de las principales causas de muerte a nivel mundial.
Las cifras hablan por sí solas: se estima que la mitad de los hombres, y 1 de cada 3 mujeres desarrollarán cáncer a lo largo de su vida. En España, ya en enero de 2017 los casos superaban los previstos para el año 2020. Este dato preocupante se debe al envejecimiento de la población, hábitos y estilo de vida poco saludables, y el desarrollo de programas de cribado.
Sin embargo, también se están produciendo avances esperanzadores en este campo. Uno de ellos – la “Biopsia Líquida”, que realizamos en nuestro laboratorio de forma rutinaria desde el año 2013 – se ha convertido en un referente incuestionable y va ganando terreno en este complejo escenario. Se trata de una técnica no-invasiva que consiste en la extracción de fluidos corporales, como por ejemplo la sangre, el líquido cefalorraquídeo, la saliva, el líquido pleural o la orina, etc., para la realización de análisis genéticos. Dichos fluidos contienen información derivada del tumor sobre las alteraciones genéticas que impulsan su crecimiento. La correcta determinación de estas alteraciones es una pieza fundamental del diagnóstico y aporta una información valiosa para el para el oncólogo a la de seleccionar terapias dirigidas cada vez más eficaces, enfoque conocido como la “oncología personalizada” o “oncología de precisión”.
La principal ventaja de la biopsia liquida con respecto a la biopsia tradicional en tejido es la facilidad a la hora de obtener la muestra. Al tratarse de una técnica no-invasiva, es fácil realizarse de manera repetitiva durante la evolución de la enfermedad, lo cual facilita la monitorización del paciente en tiempo real, permitiendo ver que alteraciones preexisten, cuales desaparecen, cuales aparecen nuevas, incluso antes de que la progresión o la respuesta al tratamiento se vea por las pruebas de imagen. La Biopsia Liquida también tiene la gran ventaja que permite llevar a cabo pruebas diagnósticas vitales cuando no se puede acceder a la muestra de tejido, por ejemplo, el 15-25% de los pacientes diagnosticados en estadios avanzados de cáncer de pulmón.
El objetivo de toda investigación en cáncer es poder detectar y tratarlo en estadios cada vez más tempranos, cuando aún no se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Cuando el tumor se encuentra aún localizado, y se considera operable, se aumenta de forma considerable las posibilidades de curación. El objetivo es convertirlo de una enfermedad mortal a una curable, o al menos cronificable. En estas líneas, avances como la publicación reciente en la revista Science sobre una prueba de biopsia liquida conocida como CancerSEEK ha despertado mucho interés. Dicha prueba ha sido capaz de detectar en un ensayo clínico ocho de los tumores más frecuentes en estadios tempranos; para cinco de ellos, actualmente no se dispone de prueba de cribado. También ha sido capaz de detectar el órgano de origen del tumor en un 83% de los pacientes estudiados, lo cual representa incluso una ventaja sobre los métodos actuales de biopsia liquida que no tienen esta capacidad.
Cabe destacar que la prueba se ha testado solo en un ensayo clínico y aún queda mucho camino a recorrer antes de que esté validado y comercializado. No obstante, abre la puerta a la esperanza de que pruebas de este tipo puedan convertirse en el futuro en un arma potente para el cribado de determinados tipos de cáncer en poblaciones de alto riesgo, como por ejemplo, la mamografía para cáncer de mama. Claro está que, para poder implantarse a gran escala en los sistemas sanitarios mundiales, dichas pruebas tendrían que ser altamente sensibles y con un coste muy asumible. No obstante, hay que tener en cuenta que la detección y el tratamiento temprano del cáncer suponen un beneficio enorme para la sociedad en cuanto al ahorro de los costes asociados con su manejo y cuidados paliativos en estadios avanzados.
