Como cada año en San Antonio, Texas, multitud de oncólogos nos reunimos para presentar y conocer los avances más relevantes en cáncer de mama. Este año se han conocido varios estudios relevantes que mejoran nuestra práctica diaria y permiten un mejor tratamiento de las pacientes.
En cuanto a los tumores triple negativos, aquellos que no expresan receptores hormonales ni la proteína Her2, se ha demostrado en un estudio retrospectivo la gran importancia de evitar retrasos en el inicio de quimioterapia tras la extirpación del tumor. Aquellas pacientes que empezaron la quimioterapia antes de 30 días después de la cirugía presentaron menos de recaídas que aquellas en las que se demoró más el inicio de la quimioterapia. La Dra. Morante, presentadora del estudio, resaltó que debía ser prioritario el inicio de quimioterapia en las pacientes con tumores triple negativos.
Respecto a los tumores Her2 positivos, si no hace mucho tiempo se conocía de la eficacia de una pequeña molécula llamada neratinib para evitar recaídas del tumor tras completar el tratamiento estándar, este año el protagonista ha sido un anticuerpo unido a un potente quimioterápico llamado TDM1. La unión del anticuerpo trastuzumab al quimioterápico emtansina hace que este actúe de forma muy preferente en las células Her2 positivas. De TDM1 se conocía bien su eficacia en casos de enfermedad avanzada; este año se ha demostrado la gran eficacia de este tratamiento en aquellas pacientes que a pesar de haber recibido el tratamiento óptimo previo a la cirugía (neoadyuvante) para el cáncer de mama Her2 positivo localizado, no se ha conseguido erradicar al 100% la enfermedad, quedando algunas células viables en el momento de la cirugía. Su administración tras la cirugía redujo a la mitad la probabilidad de recaer del tumor a 3 años vista.
En cáncer de mama hormonal, cuyo tratamiento está frecuentemente asociado a algunos molestos efectos secundarios como los sofocos, se mostró que un fármaco utilizado para la incontinencia urinaria y los espasmos vesicales llamado oxibutinina, era capaz de reducir los sofocos de forma relevante.
Por último, como cada año, se han acumulado más datos sobre la gran importancia de un estilo de vida saludable en relación tanto a reducir el riesgo de aparición de un tumor de mama como a evitar su recaída si se ha sido tratada de uno. Estudios focalizados en la realización de ejercicio físico, control de peso y dieta saludable continúan mostrando como se reducen los riesgos relacionados con cáncer de mama cuando se consigue que las personas en riesgo y con sobrepeso, obseidad o sedentarismo mejoren sus hábitos.